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Tradición del portal navideño sigue vigente en los hogares costarricenses

La Navidad es una de las épocas del año que sin duda logra unir más a las familias y amigos, y en Costa Rica, una de las principales actividades que marca el inicio de esta celebración está relacionada con la decoración de los hogares y principalmente, con la colocación del portal navideño o popularmente conocido “pasito”.

A lo largo de los años, esta tradición se ha convertido en todo un simbolismo para las familias del país, principalmente aquellas de religión católica y que rinden a la navidad desde un enfoque conmemorativo del santoral. 

Por su relevancia en la cultura del país y enmarcado en estas fechas, compartimos una serie de informaciones recabadas y aportadas por Dayana Morales González, arqueóloga-antropóloga de la Unidad de Patrimonio Cultural Inmaterial del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural (CICPC); en relación a este tema.

La instalación del portal en muchos hogares representa todo un trabajo

familiar en donde la creatividad, la devoción y tradición tienen un gran significado. Muchas familias incluso inician con la preparación en sus hogares desde noviembre o bien, deciden colocarlo a partir del 8 de diciembre, enmarcado en otra fecha religiosa, el día de la Fiesta de la Purísima Concepción.

Los portales o pasitos destacan porque se pueden considerar una expresión muy propia de la cultura costarricense, en la que sus principales protagonistas son cinco figuras: el Niño Jesús, la Virgen María, San José, la mula y el buey. En orden de completar esta escena, se incluyen figuras como la que representa al Ángel de la Gloria, los Tres Reyes Magos, la Estrella del Niño, y finalmente se incluyen imágenes como los pastores y ovejas; al igual que animales domésticos, presente es las granjas costarricenses.

El montaje de la escena de la natividad, está acompañada de elementos que permitan recrear o bien, hacer más vistoso o atractivo el portal. Para ello, muchas familias utilizan recursos como: musgo, aserrín, plantas, troncos, rocas, ramas de ciprés o bien; incluyen ofrendas de alimentos como racimos de guineos, ayotes, granos de café, arroz o maíz. Además, complementan las decoraciones con luces de colores que permitan atraer más la atención de quien aprecie el portal.

Dentro de las peculiaridades que acompañan a esta tradición, se encuentra el hecho de que su colocación también incluye diversidad de objetos, figuras e imágenes que pueden no estar estrictamente relacionadas con el nacimiento e incluso no guarden un orden de tamaño o presentación; muchos de estos elementos incluso vienen a convertirse en un complemento para la escena, con el objetivo de destacar y honrar la importancia y relevancia de este acontecimiento.

Según el Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural, en torno a tradición existen una serie de curiosidades que, pese a la modernidad del estilo de vida actual, siguen presentes en la cultura costarricense; entre ellas destacan que la costumbre dicta que el pasito no se debe comprar, es un elemento que se le regala a las familias para darles prosperidad y bendiciones. Asimismo, se indica que, sí la familia coloca el pasito directamente en el piso, esto representa la intención religiosa de realizar la petición a la Sagrada Familia, que Dios les ayude o proporcione una casa propia.

Posterior a su instalación, un elemento que de igual manera llama la atención acerca de esta tradición, es la costumbre que tienen las personas de invitar a familiares, amigos y vecinos a conocer el portal de cada hogar. Según la investigación esta era una práctica que en los últimos años ha retomado su fuerza e incluso representa una ocasión idónea para compartir una bebida o comida tradicional de la época, como son los reconocidos tamales.

Una vez finalizada la navidad, cada familia determina la fecha en la que hará el retiro del pasito o portal, pero nuevamente, fechas como la llegada de los reyes magos el 6 de enero o el día de la Virgen de la Candelaria, el 2 de febrero, son tomadas en cuenta por las familias para decidir cuánto tiempo mantendrán esta tradición en sus hogares.

Es importante destacar que siempre el retiro del portal estará estrechamente vinculado al Rezo del Niño, considerado como un acto solemne de agradecimiento para compartir con familiares y personas allegadas; una ocasión en la que el café, aguadulce, los bizcochos, tamal asado, rompope y otros alimentos propios de la gastronomía costarricense. También es costumbre en las familias anfitrionas, regalar el famoso “motete”, compuesto de los panes y alimentos compartidos en el Rezo del Niño.

Unidad de Comunicación, Ministerio de Cultura y Juventud.

Yuri Fallas A.

Comunicadora generaleña desde el año 2012, co directora de PZ Actual, corresponsal de Canal 7.

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