Rey Curré le invita a su ceremonia ancestral: el “Juego de los Diablitos”.
La comunidad indígena de Rey Curré afina detalles para celebrar su festividad cultural más importante del año: El Juego de los Diablitos, tradición ancestral que rememora las luchas rebeldes que tuvieron sus antepasados ante los procesos de conquista sucedido hace más de 525 años.
Esta es una de las tradiciones más antiguas de Costa Rica, la cual involucra una serie de actores que participan de manera secuencial. Precisamente, esta es la primera ocasión que Rey Curré realiza su celebración, posterior a la declaratoria de esta tradición como Patrimonio Cultural Inmaterial de Costa Rica.
Este año en Rey Curré, la actividad inicia con la llamada “Nacencia de los diablitos”, el jueves 25 de enero a la medianoche. Para este ritual, los diablitos suben en silencio a una loma cercana al pueblo y esperarán con respeto a que sea exactamente la medianoche. Al sonido de una bomba que anuncia la fiesta, sonará el caracol seguido por los tambores, flauta y acordeón.
Los diablitos gritan, bailan, saloman y empiezan a descender de la loma dirigidos por los caciques o diablos mayores, los cuales gozan de plena e irrefutable autoridad durante el desarrollo de este juego.
El pueblo entero les acompaña a la distancia y juntos recorrerán, durante el resto del amanecer, todas las casas del poblado en donde son recibidos con entusiasmo y benevolencia, mientras comparten chicha de maíz y tamales de arroz. De casa en casa, diablitos y pueblo avanzan hasta el amanecer.
Para Uriel Rojas, miembro de esta comunidad indígena, “lo importante de esta declaratoria es que no solo reconoce al ‘Juego de los Diablitos’ como una tradición aislada, sino a todo el contexto que le caracteriza y que lo vincula con otros elementos propios de nuestra identidad colectiva tales como el vestuario antiguo, la gastronomía, las leyendas, las artesanías, nuestra música y todas esas otras expresiones culturales que durante el año se ejerce pero que pasa un tanto inadvertida. El ‘Juego de los Diablitos’ pone sobre el escenario todo este conjunto de manifestaciones propias de nuestra cultura ancestral”.
“Esta es la primera declaratoria en este género que el Estado otorga a uno de sus grupos indígenas, lo cual representa un gran honor al reconocerse nuestro aporte a la diversidad cultural de Costa Rica”, afirmó Rojas.
Las comunidades indígenas de Boruca y Rey Curré, ubicadas en Buenos Aires de Puntarenas, son pueblos indígenas de Costa Rica que preservan costumbres y tradiciones ancestrales, que forman parte de la identidad pluricultural y multiétnica del país.
El Juego o Fiesta de los Diablitos (Cabru^rojc, en lengua brunca), se realiza desde tiempos inmemoriales, de manera anual, en la localidad de Boruca, entre el 30 de diciembre y el 2 enero. En la comunidad de Rey Curré se realiza desde 1979, donde todos los años se efectúa el último fin de semana de enero o el primero de febrero.
Loida Pretiz, presidenta de la Comisión Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial, indicó que “es muy importante que recientemente el país haya reconocido el Juego de los Diablitos como Patrimonio Cultural Inmaterial, mediante las gestiones realizadas por la comunidad de Boruca, lo que también se extiende al poblado de Rey Curré. Esta fiesta es fundamental en la cosmovisión de la comunidad boruca, por lo que instamos al público a acercarse a Rey Curré y experimentar esta tradición”.
Tradición permitirá recaudar fondos para Liceo de Curré. La Asociación de Desarrollo Indígena (ADI) de Rey Curré avaló que para esta ocasión, los fondos recaudados con las ventas de platillos, bebidas, frutería, artesanías, carne asada, chuzos, granizados, arroz con leche, tamales, entre otros productos, e incluso de los bailes con grupos musicales que se presentarán en el salón comunal, se destinen en la reconstrucción de aulas del Liceo de Rey Curré, de cara al curso lectivo 2018.
Según informó la ADI, la Junta Administrativa del Liceo, que está integrada por padres de familia, crearon una Comisión de Padres para trabajar y recoger fondos por esos tres días, 25 al 28 de enero, cuyas recaudaciones permitirán la compra de materiales urgentes para la reconstrucción de aulas del liceo, afectado por la tormenta tropical Nate, en 2017.
Juego de los Diablitos:
-Primer día del Juego. A eso de las 9 a.m., del viernes 26 de enero, los diablitos regresan a la acción, pero esta vez, tendrán la aparición inesperada de un actor que se convertirá por el resto de los días del juego en su peor enemigo: el toro. Una figura simbólica semejante a un toro real, elaborado con madera liviana y atada a una cachamenta con la que embisten a los diablitos, interpretados por jóvenes indígenas del pueblo, vestidos con sacos de gangoche, con sus rostros protegidos por máscaras de madera de balsa con diseños zoomorfos y antropomorfos.
Esa será la dinámica del juego por los siguientes dos días de lucha: El toro ataca y los diablitos esquivan sus golpes.
-Segundo día del Juego. Similar al día anterior. Se suman más diablitos.
-Tercer y último día de juego. Al llegar el domingo 28 de enero, al final de la tarde, los diablitos son parcialmente doblegados por el toro en una de las fases llamada “La tumbazón”, que representa una transición de suma importancia para el desenlace del juego.
El toro, al dejar tumbados a los diablitos, huye a refugiarse en la montaña y al pasar de unos 10 minutos, los diablitos despiertan y se reincorporan a la lucha. Juntos van tras la cacería del toro que se esconde en el monte.
Lo encuentran, lo atan y lo llevan arrastrado al centro del pueblo donde lo matan, lo queman y, en señal del triunfo, se reparten de manera simbólica sus partes, concluyendo así el tradicional “Juego de los Diablitos” en Rey Curré.
“Históricamente el ‘Juego de los Diablitos’ es importante porque nos permite ratificar nuestro compromiso individual con la identidad colectiva y porque además nos abre ese espacio necesario para emitir el mensaje de que somos una cultura viva con costumbres y tradiciones ancestrales que queremos seguir conservando”, indicó Uriel Rojas, miembro de esa comunidad indígena.
¿Cómo llegar a Rey Curré? La comunidad indígena de Rey Curré se ubica en la Zona Sur de Costa Rica, en el cantón de Buenos Aires, provincia de Puntarenas, a 220 km al sur de San José.
Su acceso es muy sencillo, ya que se ubica a orillas de la carretera Interamericana Sur, entre Palmar Norte y Buenos Aires. Se cuenta con servicio de buses que pasan por Rey Curré cada dos horas.
La comunidad no posee servicios de hospedaje. Se recomienda a los visitantes tomar en cuenta este detalle reservar hoteles y cabinas en Palmar Norte y Buenos Aires, los cuales se ubican a 20 minutos de Rey Curré en carro.
Información e imágenes: Oficina de Prensa y Comunicación – MCJ