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Mapaches «acomodan» su horario para recibir a turistas en Parque Nacional Manuel Antonio.

El Parque Nacional Manuel Antonio (PNMA) es el más visitado del país, sus tranquilas aguas, exuberante vegetación y animales como monos, mapaches, pizotes y cientos de aves y reptiles que se pueden observar en cada visita, lo hacen el favorito de miles de turistas nacionales y extranjeros.

De acuerdo con los datos de la administración del parque, en 1990 la visitación era de 127 mil turistas al año, en el 2015 de 418 mil y para el 2016 rondaba los 445 mil. El aumento de visitas genera presión en la infraestructura y podría estar modificando el comportamiento de los animales.

Ante este incremento, el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, en conjunto con la administración del parque, tomaron la medida de no permitir el ingreso de frituras y alimentos en grandes cantidades, además de mantener el parque cerrado los días lunes.

De acuerdo con estudios realizados por el Instituto Internacional de Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional (Icomvis-UNA), el principal problema es el ingreso de alimento al parque, ya que los animales prefieren robar esta comida que es de fácil acceso, a buscarla dentro del bosque.

El 22 de junio anterior, Mónica Farrera presentó la tesis «Aspectos ecológicos del mapache (Procyon iotor) y su relación con los turistas en el PNMA», con la cual optó por su grado de maestría en el Icomvis-UNA. En el estudio  pretendía estimar el área de acción y los patrones de actividad y abundancia de la población entre agosto de 2017 y febrero de 2017, comparar la relación con los turistas a través de un modelo de interpolación para conocer las áreas de mayor concentración, estimar la cantidad de alimento que ingresa al parque y comparar algunos de los datos obtenidos con un estudio previo realizado en 1990 por el investigador Eduardo Carrillo.

A través de la colocación de radiocollares en seis individuos –cuatro hembras y dos machos- se pudo determinar que su área de acción promedio de los machos es de 18.1 hectáreas y el de las hembras 14, aunque en el estudio de 1990 el áreas de acción era mayor para ambos, no existe una diferencia significativa con los indicadores actuales.  Un dato importante para la investigadora, es que las horas de mayor actividad  fueron entre las 8 a.m. y 2 p.m. con un pico a las 9 y otros a la 1 de la tarde.

«Estos datos nos indican un cambio de comportamiento de los mapaches en comparación con lo observado en el estudio de Carrillo, donde la mayor actividad era antes de amanecer y después de atardecer. Podemos decir que ellos han adoptado el horario en que hay mayor cantidad de turistas –el parque abre de 7 a.m. a 4 p.m.- y por ende de comida dentro del parque», detalló Farrera.

A través de entrevistas y revisiones, la estudiante pudo determinar que al parque ingresan alrededor de 198 kilogramos de comida por día. «Los guardaparques hacen una revisión en la entrada y la mayoría de alimentos son frutas, emparedados y barras energéticas, sin embargo, dentro del parque, pudimos observar personas con frituras, galletas y otro tipo de alimentos que no están permitidos y que son de muy fácil acceso para los mapaches».

Carrillo determinó en su estudio, que los mapaches se alimentaban en su mayoría de cangrejos y frutas. «Las personas piensan que el que un mapache se robe un banano no es grave porque es fruta, pero no se toma en cuenta que los frutos que ellos comen son distintos, un banano tiene mucha azúcar, puede ser sano para nosotros, pero no para ellos, en cambio el cangrejo es pura proteína», explicó Farrera.

La investigadora, también notó diferencias en el comportamiento de los mapaches para los días lunes. «La actividad de estos animales sigue siendo diurna, a pesar de que bajan a la playa su principal actividad se centra en la búsqueda de comida dentro del bosque, es decir de forma natural».

En otros países se ha registrado  cómo el sedentarismo en estos animales provoca un aumento de grasa en órganos internos, además, el tipo de comida aumenta la presencia de caries. «Para saber el estado físico de las poblaciones dentro del parque habría que realizar más estudios, pero sí pudimos observar en las capturas, que algunos de los animales jóvenes tenían daño en sus dientes», recordó Farrera.

«Tenemos que tener claro que alimentar animales silvestres es una actividad ilegal. Muchos ven un animal y lo primero que dicen es «pobrecito tiene hambre». No siempre es cierto, los animales obtienen comida de forma natural, hay ciertas épocas del año donde hay menor disponibilidad, pero eso también es parte de la regulación de las poblaciones, explicó Grace Wong, directora del Icomvis-UNA.

«El principal problema es la alimentación: se vio en investigaciones realizadas por otros colegas a finales de los 90, se vio en una investigación que hicimos con estudiantes en el 2011 y ahora estamos viendo el mismo comportamiento: excesos de visitantes, exceso de comida», dijo Laura Porras, investigadora del Icomvis-UNA.

 ¿Qué hacer?

Para la Farrera, una de las principales recomendaciones es la regulación en la forma de empaque de las comidas. «Si una familia va a llevar emparedados, lo ideal es que los empaque de manera individual, así si el mapache hurta la bolsa, no serán diez sino solo uno. Además, la revisión en la entrada debe ser más rigurosa, aunque sabemos que el personal no es suficiente».

Farrera advierte también sobre la falta de rotulación dentro del parque. «Se ha dicho anteriormente, pero es necesario reiterar la necesidad de un video explicativo del por qué no debemos alimentar animales, además de más señalización en las áreas de mayor concentración de turistas».

Otra recomendación es el de promover el uso de otras áreas del parque como la playa Espadilla sur, la creación de un puesto de venta de comidas en un sitio específico donde también sea el único permitido para la alimentación de los visitantes, y la colocación de casilleros para resguardar la comida que ingresa.

Fuente de esta información y Fotografía: Prensa Universidad Nacional.

 

 

Prevención

Los mapaches se alimentan de cangrejos, aves y frutos, la comida casera o chatarra, puede provocarles diabetes, caries, parásitos y afecciones que acortan su vida o les hacen perder habilidades para conseguir alimento. Nunca toque a un animal silvestre, pueden trasmitirle a usted o usted puede trasmitirle a ellos enfermedades; además, son silvestres y pueden atacarlo para conseguir alimento.

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Yuri Fallas A.

Comunicadora generaleña desde el año 2012, co directora de PZ Actual, corresponsal de Canal 7.

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