Redacción / Aguas Buenas de Platanares, Pérez Zeledón.
Nacionales. En dos nuevas acciones efectuadas por autoridades del Ministerio de Seguridad Pública, el Ministerio de Agricultura y Ganadería y el Ministerio de Hacienda, dos cargamentos de productos de uso veterinario fueron decomisados para evitar posibles daños a la salud animal y humana.
Aunque los licores, cigarrillos y electrodomésticos están entre los artículos que más decomisa la Policía de Fronteras en el sur del país, en los últimos días se han registrado dos casos inusuales, en los que los alimentos y medicamentos para animales han sido los protagonistas.
El sábado detectaron 76 frascos con medicamentos veterinarios.
El más reciente caso tuvo lugar el pasado sábado, cuando los oficiales fronterizos destacados en el puesto de Kilómetro 35, distrito de Guaycará de Golfito, procedieron a revisar un vehículo conducido por una ciudadana colombiana de apellido Quiñones.
Ella venía procedente de Paso Canoas, Corredores, en la frontera con Panamá y transportaba 76 frascos de medicamentos veterinarios, particularmente vitaminas.
Al consultarle sobre los documentos de ley, la mujer solo mostró una factura en la que se hacía constar que los fármacos habían sido comprados en Panamá.
Es por ello que la Policía de Fronteras coordinó con la Policía de Control Fiscal, la cual se encargó de la incautación de los 76 frascos, pues la colombiana no contaba con permisos de importación, así como tampoco con facturas de pago de impuestos.
Pretendían llevar hasta Alajuela alimento para gallinas sin ningún permiso sanitario y sin pagar tributos.
Otro de las incautaciones se registró el martes pasado, cuando los oficiales, detectaron 65 sacos que contenían base de concentrado para gallinas.
La mercadería era transportada en un camión procedente de la frontera con Panamá, el cual llevaba como destino Alajuela y que era conducido por un costarricense de apellido Vindas.
Al ser consultado sobre el debido pago de impuestos, además de los permisos de importación, el conductor no portaba ninguna de las documentaciones requeridas, por lo cual de inmediato los oficiales coordinaron con el Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA) del Ministerio de Agricultura y Ganadería.
De esta forma procedieron al decomiso del producto, el cual fue entregado al SENASA para su debida destrucción, con lo que se evitaría eventuales contagios de enfermedades en las granjas avícolas del país, además de prevenir posibles daños a la salud de las personas consumidoras.