«La patria es siempre un camino inacabado», discurso 15 de Setiembre, por Jeffry Montoya, alcalde de Pérez Zeledón.
Redacción / Aguas Buenas de Platanares. Pérez Zeledón.
Pérez Zeledón. Aunque las fiestas patrias no pudieron desarrollarse con normalidad debido a la pandemia y normas establecidas para enfrentarlas, las autoridades tanto nacionales como locales, hicieron todo lo posible por no dejar que esta fecha pasara en vano y que con los cuidados del caso, los 200 años de independencia de nuestro país se vivieran con orgullo.
Por su parte la Dirección Regional de Educación de Pérez Zeledón realizó un acto cívico donde predominó el folclor y canto generaleño, así lo hizo ver don Jeffry Montoya, alcalde de Pérez Zeledón, quien participó de la actividad y además aportó con un discurso que vale la pena leer.
En PZ Actual se los compartimos, para aquellos que gusten leerlo. Textualmente detalla:
Comparto mi discurso de este 15 setiembre, celebrando nuestro bicentenario de independencia en el acto cívico organizado por la Dirección Regional de Educación de Pérez Zeledón. Disfrutamos de folclor y canto generaleño al lado del personal de educación y nuestro estimado director regional don Geovanny Soto.
«Celebrar 200 años de vida independiente es marcar un momento simbólico en la historia para ver hacia adelante, desde donde hemos llegado hasta ahora. Es como ubicar un compás en un punto intermedio entre nuestra memoria y las aspiraciones compartidas.
Nuestra historia no empezó en 1821, ni terminará en el 2021. Sin embargo, condensamos en un instante nuestros valores: aquello que es más nuestro, el núcleo del recurso moral que tenemos para afrontar el devenir de la historia y llevar adelante la antorcha que hemos recibido de nuestros antepasados.
El acta de independencia centroamericana del glorioso 15 de setiembre llegó a nosotros el 13 de octubre de 1821. En poco tiempo, sin poder buscar el consejo de juristas, conquistadores o expertos de Estado, los líderes de nuestras aldeas debieron decidir. No nos orientaron planes complejos, sino el criterio moral. Predominó la valiente convicción de asumir responsabilidad por la forja de nuestro destino y, tras dos semanas, firmamos nuestra independencia. En pocos días, se instauró la Junta de Legados de los Pueblos, que determinó nuestra primera constitución el 01 de diciembre de ese mismo año.
Aunque poco era auspicioso en ese momento y no seguíamos planes pomposos, marcamos el carácter de una nación con el atrevimiento de creer que no había mejor destino que el que nos forjáramos al tenor de nuestra propia voluntad y trabajo. La distancia entre aquel inicio aventurado y hoy, aparenta un trayecto más prolongado que 200 años.
A partir de ese momento fundacional, forjamos una identidad que nutre el desarrollo de personas excepcionales, resuena en el mundo y nos da un sitial de distinción entre las naciones. Adoquinamos nuestro corto camino con una colección de logros improbables como la educación gratuita, nuestra seguridad social, la abolición del ejército, la recuperación de cobertura boscosa, las universidades públicas, la transformación en el principal exportador per cápita de América Latina y una institucionalidad democrática sólida y modélica.
Celebrar 200 años es también ganar perspectiva sobre nuestros desafíos actuales y los recursos con que contamos para afrontarlos.
La patria es siempre un camino inacabado, una responsabilidad renovada con los próximos 100 años y los siguientes 100. A pesar de que nuestros desafíos actuales aparenten ser inamovibles, nuestro porvenir luce infinitamente más promisorio que aquel octubre de 1821. Por 200 años, sembramos semillas nuevas en los campos y en nuestros corazones, edificamos instituciones y probamos soluciones desde nuestras mejores intenciones. Llevamos la marca del ingenio que hemos probado, la convicción de que seguiremos cosechando realizaciones.
No llegamos hasta aquí para dar vuelta y retroceder; sino para marcar nuestra incursión en el futuro con la misma audacia y tenacidad. Nuestra responsabilidad será encontrar una y otra vez las formas de vencer el mito de nuestra pequeñez, alcanzar la gloria de ser cada vez mejores para abrigar por siempre los anhelos más profundos de cada costarricense.
Celebremos este bicentenario, pero sigamos trabajando por una mejor Costa Rica!!!»
